Triste es un adiós siempre,
la nostalgia invade mi mente,
donde quiera que me encuentre
una servilleta en bolita
una taza de café
o en una frase bonita.
Y nadie fue culpable
de este cariño malogrado,
porque la razón es simple,
no logre el efecto esperado.
Pues del corazón no se es dueño,
tampoco de los sentimientos
que se forjaron desde antaño
aunque el causante este lejos.
Solo espero que algún día
logres superar su partida
y que alcances la alegría
y un nuevo amor te encuentre.
Pero si ese amor no superas
ruego a Dios encuentres
la felicidad que mereces
y así como las cenizas de la hoguera
que el viento se lleva lejos,
te lleven de paseo por el cielo
donde su alma te espera con anhelo.