jueves, 26 de noviembre de 2020

Ari



Triste es un adiós siempre, 
la nostalgia invade mi mente, 
donde quiera que me encuentre 
una servilleta en bolita 
una taza de café 
o en una frase bonita. 
Y nadie fue culpable
 de este cariño malogrado, 
porque la razón es simple, 
no logre el efecto esperado. 
Pues del corazón no se es dueño, 
tampoco de los sentimientos 
que se forjaron desde antaño 
aunque el causante este lejos. 
Solo espero que algún día 
logres superar su partida 
y que alcances la alegría 
y un nuevo amor te encuentre. 
Pero si ese amor no superas 
ruego a Dios encuentres 
la felicidad que mereces 
y así como las cenizas de la hoguera 
que el viento se lleva lejos, 
te lleven de paseo por el cielo 
donde su alma te espera con anhelo.